Mundo Esotérico

Cronos entre los griegos, Saturno entre los romanos.
Al principio existía el caos, gran masa oscura, sin forma, sonido ni significado. De él nacieron la noche y el hogar de la muerte. Con el amor se produjeron la luz y el día. Finalmente apareció Gea con su cielo azul y las estrellas.

Los primeros habitantes del universo mitológico fueron los monstruos, quienes fueron expulsados por los titanes. El jefe de los titanes era Cronos, quien se casó con su hermana Rea. Sabedor de que alguno de sus hijos lo destronaría, cada vez que nacía uno de su esposa Rea, se lo tragaba. Cuando nació Zeus fue escondido por su madre, quien entregó a Cronos una piedra envuelta en pañales, la cual, como era su costumbre, el padre la devoró.

Cuando Zeus creció, destronó a su padre Cronos, y le hizo vomitar a sus hermanos, con quienes se repartió los diferentes reinos del universo.
Saturno se identifica con esa fuerza avasalladora que todo lo devora, El tiempo.

El tiempo es el reto del amor, es por eso que los amaines suelen desafiarlo jurando amarse hasta la muerte. Sin embargo, el tiempo es traicionero, y es capaz de cambiarlo todo. Es por eso que nuestros propósitos deben ser renovados diariamente a fin de que permanezcan incólumes.
Es el tiempo quien nos permite hablar de nuestra existencia en el presente, en el pasado y en el futuro.

Hablar del pasado es hablar de algo que ya no existe, es obsesionarnos tratando de vivir en el presente los momentos agradables que ya vivimos, o bien, volver a sufrir los dolores de nuestras frustraciones anteriores.

Hablar del futuro es especular, es adelantarnos a los acontecimientos que bien pueden traemos la dicha o la desgracia.

Lo único que existe es el presente; capturar cada instante de nuestras vidas y disfrutarlo representa entrar en sociedad con esta fuerza inexorable.

Así de enigmática es la influencia de Saturno en el horóscopo, un tanto paralizante y enormemente conflictiva. De ahí la enorme sabiduría del nativo que se encuentra bajo su regencia.