Mundo Esotérico

Al momento que nacemos nos es asignado un ángel, este ser se encargará de estar siempre junto a nosotros sin importar raza, clase social ni creencias. Todos tenemos el privilegio de tener un Ángel de la Guarda que nos acompaña para toda la vida, no importa lo que hagamos ni a donde vayamos. Es conveniente tener presente que nuestro ángel de la guarda nos acompaña siempre y recordarlo con una plegaria.
Durante el siglo II, después de Cristo, prevaleció el punto hombre y mujer--sobre todo los infantes--contaban con un Ángel de la Guarda a su lado.

Muchos pensaban que todos tenemos un Ángel bueno y uno malo, y que ambos, se encargaban de equilibrar nuestros pensamientos y actos. Aún en la actualidad, a los niños católicos se les sigue enseñando que hay un Ángel bueno en el hombro derecho y uno malo en el izquierdo, y que nosotros somos los que decidimos a cuál de los dos escuchamos y obedecemos.

No obstante, la Iglesia católica jamás ha oficializado que hay Ángeles pecadores o malos que se han convertido en demonios. Tampoco, ha establecido con carácter de dogma que todos los hombres contamos con un Ángel de la Guarda, o que los Ángeles estén divididos en categorías.

Es difícil encontrar en las Escrituras referencias claras y concretas a los Ángeles custodios o de la Guarda, entendiendo a éstos seres espirituales y divinos a cargo de la protección de hombres y mujeres como individuos.
De cualquier manera, es una verdad la existencia de una gran tradición en el mundo cristiano acerca de los Ángeles, vistos, con la evolución de los tiempos, como seres que protegen de cualquier maldad al hombre puro, o por lo menos, al que dirige sus pasos hacia el camino de la rectitud.

La existencia del Ángel de la Guarda, se relaciona mucho a la necesidad de ofrecer protección a los recién nacidos, a los niños y a las personas que guardan en sí la pureza de la ingenuidad, y que apenas pueden valerse por sí mismo.
La tradición del Ángel de la Guarda ha tenido una enorme fuerza entre las personas cristianas. Es, en resumidas cuentas, esa necesidad de acceder o recurrir, en determinados momentos de duda, peligro o desánimo, a un ser cercano, todo espíritu y todo bondad.

Muchos podrían pensar que sólo los niños cuentan con este Ángel, todo parece indicar que los infantes sí disponen de este ser, el cual, está en constante contacto con el Creador.

Esto, reafirma la idea de los niños son los seres más desprotegidos, los que sufren injustamente por las acciones de terceros y aquellos seres que por ingenuidad y ausencia de malicia la sociedad desplaza y margina. Así pues, son los niños quienes más cerca tienen la presencia del Ángel de la Guarda.

No obstante esto, también las personas adultas tienen la posibilidad de no perder su Ángel de la Guarda. para recuperar la unión con nuestro espíritu protector, lo primero que debemos hacer es frenar nuestra loca carrera por la vida.

En lugar de correr, debemos de caminar por la vida. Dejemos de lada las prisas y tensiones. Por el contrario, vayamos por la vida observando, admirando y disfrutando con toda calma todo lo que ella nos ofrezca, de esta manera, daremos oportunidad para que nuestro Ángel de la Guarda nos alcance y vaya siempre con nosotros.

Si logramos escucharnos, sabremos cómo estamos realmente, en dónde nos encontramos, qué necesitamos verdaderamente, y qué queremos hacer con nuestra existencia. Con esto, recuperamos el resurgimiento de esa energía que hemos perdido, y daremos paso a la espiritualidad.

Existen también formas más concretas para lograr recuperar nuestro Ángel de la Guarda. A continuación, te presentamos algunas:

1. Observar a los niños y comprobar cómo encaran la vida, con los ojos bien abiertas, dispuestos a asimilar todo, con ingenuidad, con ganas de conocer, sin los prejuicios típicos del adulto.
2. Al llegar a casa, antes de cruzar el umbral, desprenderse de cualquier problema o dificultad que cualquier hombre moderno posee.
3. Quererse a uno mismo como se quiere a un niño. Al igual que ellos les perdonamos sus errores y sus travesuras, y siendo comprensivos, hagamos lo mismo con los adultos y , sobre todo, con nosotros mismos.
4. Esforzarse por conservar la energía de la juventud a través de cuidar la salud. La salud se recupera en la medida en que uno se propone y desea permanecer sano.
5. Potenciar la sabiduría en la madurez. La madurez tiene la enorme ventaja de funcionar como un almacén que guarda la sabiduría de la experiencia. No obstante, no hay que malgastar o desperdiciar esa sabiduría, por el contrario, debemos buscar a toda costa potenciarla.

La manera de actuar del Ángel de la Guarda suele ser individual, es decir, actúa sobre la persona a la cual es encomendado, aunque se tiene conocimiento de que algunos de estos seres, pueden trabajar sobre una familia completa o una comunidad.

La importancia de sentir la presencia o de ver a nuestro Ángel de la Guarda no es vital, pues ello no significa que éste no esté trabajando o ya haya hecho algo por nosotros. Lo que si es muy importante, es disponer de la paz de espíritu necesaria para atraer la acción del Ángel.

De cualquier manera, si deseas invocar a tu Ángel de la Guarda, lo único que debes de hacer es llevar a cabo los pasos que te mencionamos con anterioridad, y lograrás sentirlo o, quizá, verlo.

* Nunca olvides al final de cada petición dar las gracias al ángel o ángeles que se hayan invocado. Puedes recurrir a uno o varios ángeles, además de que si tu problema es muy grande deberás hacer la visualización durante nueve días seguidos, en cambio si es sencillo se podrá hacer durante tres días. *
* No importa cuánto se sepa de ángeles y arcángeles, cuántos pasajes de la Biblia conozcas de memoria, si no ayudas al prójimo de nada sirve.*

***(LIBROS: LOS ÁNGELES Y SU SIGNIFICADO, ÁNGELES COMO INVOCARLOS Y CONCTARLOS)

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