NOVENA EN HONOR AL ESPIRITU SANTO
ORACIO INTRODUCTORIA
PARA TODOS LOS DIAS
Padre de Bondad, que nos has llamado a participar de la Vida divina y para ello nos has entregado la presencia del Espíritu Santo, fruto del sacrificio de Cristo, el Redentor. Te suplicamos, Padre, que derrames en nuestros corazones, en forma abundante, la efusión de tu Divino Espíritu, para que seamos dóciles a sus divinas inspiraciones y nos dejemos transformar por su santificadora acción. Te lo pedimos, Padre, por el amor que le tienes a tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
Se reza un Padre Nuestro. Se medita pausadamente la reflexión del día que toca. Se termina con la oración final para todos los días.
PRIMER DIA
Padre de Misericordia, de Quien procede todo don perfecto. Te pedimos, como gracia especial, que nos bendigas con la eficaz asistencia de tu Divino Espíritu, que vivamos abiertos a sus divinas inspiraciones, fervorosos en, la correspondencia a las manifestaciones de su divino amor, agradecidos a la iluminación espiritual que continuamente realiza en cada uno de nosotros tus hijos. Te pedimos Padre, que este Divino Espíritu sea el alma de toda nuestra actividad, el impulso íntimo, que vivifique nuestra vida, la luz peculiar que ilumine nuestra existencia, la llama de caridad que les dé excelencia a nuestros actos. Te lo pedimos, Padre, por el amor que le tienes a tu Hijo: Jesucristo Nuestro Redentor. Amén.
DIA SEGUNDO
Padre de Bondad, que nos has concedido la gracia de ser templos vivos del Espíritu Santo. Otórganos el privilegio de valorar este insigne beneficio: “experimentar” en nosotros tan fuertemente la presencia de este Divino Don, que impulsados por el fuego de la verdadera caridad, te sirvamos con ese Temor filial que es delicadeza y correspondencia amorosa a todos tus beneficios. Te lo pedimos por Cristo tu hijo amado. Amén.
DIA TERCERO
Padre de Misericordia, que conoces nuestra debilidad, (que sabemos) que sin tu ayuda nada bueno podemos llevar a cabo. Concédenos, en forma abundante, la presencia del Divino Espíritu, que es FUERZA omnipotente, mucho más poderosa que nuestras mismas miserias, aun aquellas que nos tienen torpemente esclavizados. Haznos fuertes en tu Fuerza. Intrépidos y generosos al impulso de este Espíritu de FORTALEZA. Te lo pedimos, Padre, por el Amor que le tienes a Cristo tu Unigénito que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo. Amen.
DIA CUARTO
Padre de Nuestro Señor Jesucristo, que nos has llamado a participar de la herencia de tu Unigénito, a vivir para siempre en el gozo de la Bienaventuranza eterna. Te pedimos, Padre, que de tal manera se derrame en nosotros tu Espíritu Santo, que experimentemos en todo nuestro ser su bienhechora acción, que nos transforma en el Unigénito y nos hace exclamar desde lo más íntimo de nosotros ese grito de confianza y ternura filial; ¡Abba! ¡Padre!. Te lo pedimos por el amor que le tienes a tu Hijo Jesucristo, que vive y reina en la unidad del Espíritu Santo. Amén.
DIA QUINTO
Padre de ternura y compasión, que sabes las dificultades en las que se realiza nuestra existencia, que conoces todos los peligros que nos acechan, que sabes lo que más nos conviene. Te pedimos envíes sobre nosotros la presencia de tu Santo Espíritu, de tal manera, que no ejecutemos nada importante en nuestra vida, sin antes pedir su sapientísimo consejo. Que sea este Divino Espíritu el que nos guíe continuamente hacia ti “inspirándonos” y manifestándonos la forma de agradarte con mayor perfección. Te lo pedimos, Padre, por el amor que Le tienes a tu Hijo: Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
DIA SEXTO
Padre de la Divina consolación, que comunicas a todos los que amas los secretos de la ciencia divina. Concédenos la presencia del Espíritu Santo para que nos esclarezca el verdadero valor de todas aquellas realidades que nos rodean y nos auxilie a servirnos de ellas para vivir más unidos a ti. Que sea tan plena la presencia del Espíritu Santo en nuestra vida, que no deseemos ya otra cosa sino solamente a ti, Supremo Gozo de los Bienaventurados y anhelo apremiante de las almas santas. Escúchanos, oh, Padre, te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor. Amén.
DIA SEPTIMO
Padre de las celestiales luces, concédenos la abundancia de tu Espíritu Santo, para que bajo su incandescente iluminación comprendamos con mayor perfección el divino misterio, “experimentemos”, con mayor fuerza tu misteriosa pero “real” presencia: en tu reveladora Palabra, en los Sacramentos, en esas oportunidades tan insignes que nos brindas pata participar más plena y comprometidamente con el misterio del dolor retentivo. Te lo pedimos, Padre, por el amor que le tienes a tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo por los siglos de la siglos. Amén.
DIA OCTAVO
Padre de las Misericordias divinas. Incendia nuestras vidas con el Fuego inextinguible de tu divina caridad: tu Espíritu Santo. Que sea El quien calcine nuestros egoísmos, Quien doblegue nuestra soberbia y orgullo, Quien tempere nuestros fuegos fatuos, Quien dulcifique las penas y aliente la virtud, Quien penetre nuestros corazones y los pacifique con su presencia amable, que es “espiritual unción”. Todo esto te lo pedimos Padre, por el amor que le tienes a tu Hijo, Tu Unigénito, que vive y reina en la unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.
DIA NOVENO
Padre de Bondad, que deseas que tus hijos, impulsados por la acción bienhechora del Espíritu Santo nos movamos a pedirte todo aquello que es para tu mayor gloria y para nuestro provecho espiritual. Te damos gracias, Padre, por este inmenso beneficio y te rogamos nos sigas asistiendo con la presencia transformante de tu Espíritu, de tal manera que toda nuestra existencia sea una prolongación viva del misterio de tu Hijo: alabanza perfecta hacia ti y salvación en beneficio de todos los hombres. Te lo pedimos por el amor que le tienes a tu Hijo Jesucristo que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amen.
ORACION FINAL
PARA TODOS LOS DIAS
Padre de Misericordia y de Bondad, que nos has enviado al Espíritu Santo para que desde el fondo de nuestros corazones eleve nuestra plegaria filial hacia ti. Escúchanos, Padre, intensifica en nosotros la devoción al Espíritu Santo, que seamos dóciles a sus divinas inspiraciones y maleables a su prodigiosa acción. Te lo pedimos por el amor que le tienes a tu Cristo, el Ungido, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.
ORACIÓN MATINAL
Espíritu Divino, bajo tu inspiración comenzó mi jornada.
Deseo vivamente que tu luz me ilumine y ponga en tu santo entendimiento mi confianza para que guíes mis acciones.
Mi razón, mi amor y mis sentidos, quiero que sean modificados por tu transformante caridad, para que todo pecado, odio y egoísmo huyan de mi alma y mi espíritu sólo albergue la gracia de tu protección e infinita misericordia.
Que este día sea pleno de tu divina paz.
ORACIÓN NOCTURNA
Espíritu Santo, finalizada la jornada, quiero llegar hasta Ti.
Mi labor cotidiana, quiero ofrecer como muestra de amor.
Si alguna falta he cometido, corrige con tu luz mi proceder.
Cuídame durante la noche, vigila mi casa de todo peligro y prepárame para el próximo día con vivo entusiasmo.
Que tu divina caridad me haga ser mejor y crecer en generosidad y atención.
EL QUE PADECE
Desvalido y enfermo, a Ti me acerco, y te Invoco, Espíritu Santo, pues eres fuente de vida. Ruego, porque en estos instantes de dolor, mi fe no flaquee, sino que, por el contrario, toda mi alma se ilumine y tenga la capacidad de aceptar el duro y difícil trance a que se enfrena mi cristiana vida.
Sé mi medicina espiritual, dame dignación y entrégame el apoyo de tu magno consuelo.
¡Protegeme Espírito Divino!
POR UN BUEN MORIR
Te ruego, Espíritu de Amor, que me concedas una santa muerte.
Si he pecado, que mi experiencia sea aún más profunda en el gozo de tu misericordia divina. Escucha mi plegaria; no me niegues el camino al Reino de Dios.
Concédeme, en la hora de la muerte, la paz y la armonía que mi espíritu reclama.
Confórtame en mi sufrir y prepárame para recibir el don de tu bondad.
ORACION
AL ESPÍRITU SANTO
¡Ven, oh Espíritu Santo, llena los corazones de ti fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor!
¡Oh Espíritu Santo, que eres amor, inflama mi corazón en el amor en que te abrasas!
¡Oh Espíritu Santo, que eres vínculo de amor! Úneme al Padre y al Verbo estrechamente y para siempre.
¡Divino Conso1ador, Paráclito Celestial, has que abrasado de tu amor desprecie lo terrenal!
¡Oh Espíritu Santo, fuente de toda pureza, comunícamela por medio de la Cruz y guarda siempre mi cuerpo y mi alma puros y sin mancha!
¡Oh Espíritu Santo poséeme y que yo te posea, y que viva siempre bajo tus alas y al calor de tu santísimo cariño!
Espero te sea de utilidad si te gusto mi publicación deja tu comentario