Mundo Esotérico

La imagen de la Santa Muerte, venerada en el templo del poblado de San Pantaleón quedó convertida en cenizas al suscitarse un incendio el lunes. Este pueblo que quedó desolado hace años rompió su tranquilidad habitual cuando un incendio que se originó presuntamente por una veladora, prácticamente terminó con el pequeño cuarto de cinco por dos metros cuadrados donde se encontraba la imagen de la Santa Muerte y la del señor del Santo Entierro, que extrañamente no sufrió daño alguno. Ante el lamentable suceso, doña Natalia Zamora, quien se encarga de cuidar el vetusto templo, dio la voz de alarma a la cual acudieron presurosos algunos vecinos del lugar para sofocar el fuego. Lo extraordinario del caso es que en el cuarto donde se suscitó el incendio se encontraba una mesa sobre la cual yacía una pequeña vitrina que alberga la efigie del señor del Santo Entierro, que salió ilesa del incendio. La efigie y el nicho en donde se encontraba el señor del Santo Entierro quedó totalmente intacto. Lo que resulta en verdad extraordinario dado que el cuarto en donde se encontraba fue cubierto completamente por las llamas. Los restos de la imagen de la Santa Muerte fueron recogidos y colocados en un lugar especial por doña Natalia Zamora. “Sentí horrible, como si me hubiera quemado a mi o a alguno de mis familiares”, expresó doña Natalia Zamora al referirse al incendio que acabó con la imagen de la Santa Muerte. Doña Natalia o Doña “Naty”, como popularmente se le conoce, es una dulce ancianita de 90 años de edad, de los cuales 72 los ha dedicado a cuidar el templo de la Noria de San Pantaleón, lugar que es visitado los días 27 de julio de cada año por miles de personas que hace décadas vivieron de la riqueza que tenían las extrañas de este pueblo fantasma. Doña Naty, quien actualmente vive sola en ese tenebroso y enigmático pueblo fantasma, cuenta que para ella fue muy duro ver que su “Santita” como llama a la Santa Muerte, haya sido devorada por las llamas. ¿Y ahora que voy a hacer? Dice doña Naty con lágrimas en los ojos y se autocuestiona nuevamente ¿qué explicación le voy a dar a la gente que venga a visitar a “Santita” el 27 de julio? La angustia de esta dulce viejecita es grande a tal grado que contagia, pues denota en sus palabras gran desesperación e incertidumbre debido a la veneración de que es objeto la imagen de la Santa Muerte por devotos del municipio del estado, del país e incluso del extranjero. A pesar de su marcada pesedumbre y dolor, “Doña Naty” abre las puertas del templo del pueblo de San Pantaleón y con sus manos temblorosas y faltas de aseo muestra la venerada imagen de la Santa Muerte que fue carbonizada por el fuego. Al fondo se pudo observar del cuarto donde se encontraba la Sana Muerte una pequeña vitrina que alberga la efigie del señor del Santo Entierro, el cual extrañamente no recibió daño alguno ¡quedó completamente intacto!

Los mineros veneraban la Santa Muerte

Esta pequeña imagen que antes de ser incinerada era una figura con forma de esqueleto, era muy venerada al principio por los mineros del pueblo, que antes de bajar a trabajar pedían a la Santa Muerte los dejara salir con vida. Al paso de los años, se le han atribuido infinidad de milagros. Según cuenta Doña Natalia, ésta pequeña imagen fue encontrada por su hijo Javier hace muchos años y la colocó en un pequeño cuarto anexo al templo de San Pantaleón. Con el tiempo los mineros que en aquel tiempo sacaban ricas vetas existen en este lugar, ricos y valiosos metales, se encomendaban a ella antes de bajar a la mina y al salir de ella. Según contó doña Naty, los mineros siempre preocupaban tener veladoras en torno a la imagen de la Santa Muerte ya que según los hombres topos la luz de las veladoras iluminaba su andar durante las duras y peligrosas maniobras de explotación de las tierras para sacar los minerales. Doña Naty relató que con el paso del tiempo la imagen fue adquiriendo más y más devotos en base a los múltiples milagros que esta realizaba. El tiempo pasó y por distintas situaciones este famoso mineral cerró sus puertas, provocando que el pueblo quedara abandonado. No obstante desde ese tiempo y hasta la fecha, el 27 de julio, Día de San Pantaleón, patrono del lugar, miles de personas descendientes de las que vivieron en este pueblo en tiempo de bonanza y a las que les ha realizado algún milagro, llegan a este desconsolado pueblo para manifestar su devoción y su cariño a la Santa Muerte. El suceso de la quema de la imagen de la Santa Muerte ha provocado gran conmoción de toda la población de Sombrerete y sus alrededores y seguramente provocará similar impacto cuando se avise a todos los devotos de esta imagen radicados en todo el estado, el país y en el extranjero. El 27 de julio ya no será un día igual a años anteriores, pues la imagen de la Santa Muerte, esa imagen tan venerada, ha dejado de existir.